martes, 9 de marzo de 2010

¿activador místico en el teletienda?

Si el investigador Michael Persinger consiguió que mil personas tuviesen una experiencia mística activando electromagnéticamente ciertas partes de sus cerebros: ¿por qué no inventar un activador místico?, ¿por qué no vender un aparatito de ondas electromagnéticas en el teletienda para que todas las noches podamos reunirnos con Dios, Alá o los extraterrestres?...

Parece buena idea y así nos ahorraríamos las horas de meditación en posturas imposibles, las clases de yoga, los ayunos y las limpiezas de hígado que tanto esfuerzo cuestan, evitaríamos tomar consciencia de nuestras vidas e intentar ser cada día mejores...

¿Cómo no se le ha ocurrido a nadie? La humanidad entera podría iluminarse y la ONG "Místicos sin fronteras" repartiría activadores en los países del tercer mundo, es la solución, ¿para qué quieren mejorar sus condiciones de vida (vida ilusoria al fin y al cabo) si pueden pasársela inmersos en una experiencia de totalidad sin fin?

Además encaja perfectamente con el capitalismo: pagamos un precio por el aparatito y podemos enchufarnos cada vez que nos sintamos desamparados, ¿será Persinger consciente del negocio que tiene entre manos?... por el módico precio de 500€ podrán recibir en casa, no uno, sino DOS, han oído bien, DOS simuladores BrainMistic, aprovechen esta ocasión!!...



Sin embargo, en caso de que esto pudiese hacerse, ¿qué lo diferenciaría de cualquier otro vicio?, ¿no es en el fondo ese estado de trascendencia lo que perseguimos con las drogas (una de ellas llamada extásis), con el alcohol, los ansiolíticos, con comer demasiado, con danzar hasta la extenuación, con el sexo...?, ¿realmente cambiaría la humanidad con millones de activadores místicos?

Creo que como mucho podríamos sustituir todos los vicios por un único vicio: enchufarnos al activador y aunque quizás fuese un comportamiento un poco más saludable (ya que no fastidiaríamos el hígado, el estómago, las relaciones personales...) al final seríamos tristes seres que sólo encontrarían la paz enchufándose a una máquina.

¿Entonces por qué defender la experiencia mística?, ¿por qué buscarla si sólo se trata de una actividad más de nuestro cerebro?

Una de las conclusiones más fascinantes del experimento de Persinger establecía una diferencia entre simular una experiencia mística a través de ondas electromagnéticas y conseguirla a través de un camino "espiritual".

Lo que tienen en común todos los seres históricos conocidos que han logrado una experiencia de trascendencia es que la propia experiencia cambió su forma de ver el mundo y a partir de ahí comenzaron a comportarse de una manera que llamaríamos "más ética", fomentando en sí mismos valores como la compasión (ponerse en el lugar del otro), el amor a todos los seres, el respeto, la misericordia (capacidad de no juzgar), la equidad, el equilibrio... De hecho, todos los fundadores de las religiones que conocemos se caracterizan por el proceso: experiencia mística- reinterpretación del mundo-ofrecer comportamientos que favorezcan la unión con lo espiritual.

Sin embargo, en aquellas mil personas que consiguieron la experiencia de totalidad a través del experimento de Persinger no hubo cambios en su forma de comportarse ni de ver el mundo.

Por tanto, el simulador místico no nos serviría para nada; si la experiencia mística no es el resultado del trabajo personal con uno mismo (sea desde el contexto cultural que sea) no cambiará nuestras vidas, ni cambiará la humanidad.

Pero un camino "espiritual" (sea el que sea) nos ayudará a estar más equilibrados y ser más éticos con la humanidad, los seres vivos, el entorno... incluso aunque nunca lleguemos a tener una experiencia mística.

Así que nada... no hay panaceas, no hay secretos, no hay pastillas milagrosas... seguiremos con la meditación, el reiki, la limpieza de hígado, la puesta de sol a través de la ventana....